La Señal de Jonás: ¿se cumplió la profecía?

La visión tradicional sitúa la crucifixión de Jesús el día viernes y la resurrección el día domingo. Sin embargo, existe un problema con esta posición. Jesús profetizó que así como Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches, así también él estaría tres días y tres noches en el vientre de la tierra (Mateo 12:39-40). Si Jesús fue crucificado el viernes, entonces alcanzó a estar solamente un día (sábado) y dos noches (viernes y sábado) en el vientre de la tierra. Muchos atacantes de la Biblia ven en esto un error bíblico, argumentando así que la Biblia no es confiable.


Al respecto, algunos han tratado de argumentar que los judíos usaban la expresión “un día” para referirse a cualquier parte del día. Si Jesús estuvo parte del viernes, el sábado y parte del domingo, entonces los judíos contaban tres días completos. Lo mismo sucedería con las noches. Pero el problema se agrava más cuando Jesús dijo que el día tiene 12 horas (Juan 11:9), afirmando de cierta manera que su profecía sobre los tres días y tres noches se referían a 72 horas completas. ¿Cómo se concilia entonces esta profecía con el relato de los evangelios? Según un estudio cuidadoso de los relatos de la crucifixión, y dejando de lado cualquier tradición, podemos observar que la crucifixión de Jesús realmente ¡ocurrió un miércoles, y al resurrección un sábado!

Sabemos que Jesús estaba en la cruz “la víspera del día de reposo” (Marcos 15:42; Lucas 23:54; Juan 19:31), también llamado “día de la preparación”. Cualquier lector moderno entendería que el "día de reposo" es el sábado, y por ende, la "víspera del día de reposo" es un viernes, concluyendo así que Jesús fue crucificado el viernes. Pero esto es un mal entendimiento de las costumbres judías. Según la ley judía, el día de reposo no solamente se limitaba al séptimo día de la semana judía.


Los judíos tenían días de reposo "semanales", conforme al mandamiento (Éxodo 20:8-11), que se guardaba el séptimo día de la semana, es decir, el sábado. Y también tenían días de reposo "anuales", que se celebraban no importando el día de la semana que cayese, puesto que eran días "solemnes". Para entender lo que realmente sucedió en la semana de la crucifixión, es necesario saber que los judíos estaban celebrando la Pascua, el cual es un día de reposo anual.

En aquella semana, los judíos celebraban una fiesta formada por dos fiestas unidas, la Pascua, que duraba un día, y la Fiesta de los Panes sin Levadura, que duraba los siguientes siete días. En total, los judíos celebraban una fiesta única que duraba ocho días que llamaban indistintamente "Pascua" o "Fiesta de los Panes sin Levadura". El primer día era Pascua y el segundo día era día de reposo anual (Éxo. 12:1-17; Lev. 23:4-8).

Según los evangelios, el día en que Jesús fue sentenciado y crucificado, se estaba celebrando el primer día de la fiesta, la Pascua:

Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen.” Mateo 27:15


“Pero vosotros tenéis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. (…)” Juan 18:39


Pilato también deja en claro que aquel día era el primer día de la fiesta, la Pascua, y el día siguiente era la Fiesta de los Panes sin Levadura, puesto que quería soltar a Barrabás en la Pascua y a Jesús en la Fiesta de los Panes sin Levadura:

“Y tenía la necesidad de soltarles uno en cada fiesta.” Lucas 23:17


Según este detalle, la crucifixión de Jesús ocurrió el primer día de la fiesta, durante la Pascua. Y al día siguiente comenzaba la Fiesta de los Panes sin Levadura, el cual era un día de reposo anual (Lev. 23:6-7). Este día no necesariamente fue sábado. Dado que los días de reposo anual se celebraban en cualquier día de la semana, muchas veces los judíos tenían dos días de reposo en una misma semana. Esto es lo que habría ocurrido en la semana de la crucifixión. Hubo un día de reposo anual (la Fiesta de los Panes sin Levadura) y otro día de reposo semanal, el sábado. Esto es confirmado en el evangelio de Juan, donde se señala que el día de reposo siguiente al día de la crucifixión era un día de reposo "anual" y "solemne".

“Entonces los judíos, por cuanto era la víspera de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí.” Juan 19:31

Por ello, no se puede afirmar que la "víspera del día de reposo" cuando Jesús estaba en la cruz era un viernes, ya que en aquella semana hubieron dos días de reposo. Esto queda evidenciado en el relato de las mujeres que compraron las especies para ir a ungir el cuerpo de Jesús. Según el evangelio de Lucas, las mujeres compraron las especies un día antes del día de reposo (Lucas 23:56), mientras que el evangelio de Marcos dice que compraron un día después del día de reposo (Marcos 16:1):

“Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo y Salomé, compraron especies aromáticas para ir a ungirle.” Marcos 16:1

“Y vueltas, prepararon especies aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo conforme al mandamiento.” Lucas 23:56

Algunos han observado una supuesta contradicción entre ambos relatos. Pero una lectura cuidadosa nos permite concluir que en la semana de la crucifixión hubo dos días de reposo. De esta manera, el día en que las mujeres compraron y prepararon las especies estaba justo en medio de dos días de reposo. En Marcos, este día venía después del primer día de reposo, mientras que en Lucas, este día estaba antes del segundo día de reposo.

Según el evangelio de Lucas, el día de la compra y preparación de las especies fue viernes, puesto que las mujeres descansaron al día siguiente "conforme al mandamiento", y el mandamiento ordena descansar el séptimo día de la semana judía, es decir, el sábado (Éxodo 20:9-11). Dado que las mujeres compraron y prepararon las especies el viernes, entonces el primer día de reposo habría sido el jueves, y el segundo día de reposo el sábado. Por lo tanto, la crucifixión y sepultura de Jesús ocurrieron el miércoles, justo antes que comenzara el día de reposo del jueves.

Las mujeres no habrían alcanzado a preparar las especies el mismo día de la crucifixión, puesto que Jesús fue sepultado con urgencia por el día de reposo que comenzaba (Juan 19:42). Las mujeres sólo alcanzaron a mirar sentadas dónde era puesto el cuerpo de Jesús (Mateo 27:61; Marcos 15:47; Lucas 23:55). Pero tampoco podrían haberlo hecho el domingo, ya que fueron al sepulcro muy de mañana. Las mujeres realmente compraron y prepararon las especies después del día de reposo del jueves, y antes del día de reposo del sábado.



Como los días judíos comienzan con la puesta del sol, entonces Jesús fue sepultado al final del día miércoles, justo cuando comenzaba el jueves. Haciendo entonces un conteo desde la perspectiva judía, Jesús estuvo sepultado la noche del jueves (noche uno), la noche del viernes (noche dos) y la noche del sábado (noche tres), y también el día jueves (día uno), el día viernes (día dos), y el día sábado (día tres). De esta manera, se tienen los tres días y tres noches que había profetizado Jesús. 

Esto también significa que Jesús resucitó el sábado al atardecer, justo cuando comenzaba el primer día de la semana judía, y no el domingo por la mañana como lo sugiere la tradición. De hecho, el evangelio de Juan nos dice que aquel domingo, la piedra ya había sido quitada del sepulcro cuando todavía era oscuro y no había amanecido (Juan 20:1). La resurrección había ocurrido el sábado en el atardecer, y las mujeres sólo se dieron cuenta a la mañana siguiente (Mateo 28:1; Marcos 16:2; Lucas 24:1). Las Escrituras muestran que todo se cumplió con exactitud.