Uno de los milagros más impresionantes de la Biblia se relata en el Antiguo Testamento, cuando el profeta Elías desafía a cuatrocientos cincuenta profetas de Baal para hacer caer fuego del cielo sobre un altar con leña y un buey sacrificado. ¡Imagina la escena! La Biblia nos dice que los profetas de Baal estuvieron casi doce horas haciendo rituales para que cayese fuego del cielo sin ningún resultado. Entonces el profeta Elías toma el lugar, derrama cuatro cántaros de agua sobre el altar y comienza a orar al cielo:
“Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!” (1 Reyes 18:38-39)
Sin duda, el milagro del fuego que cae del cielo es uno de los más extraordinarios de toda la Biblia, y al mismo tiempo, uno de los más atacados. Por un lado, algunos comentaristas racionalistas sugieren que Elías no habría derramado agua sobre el altar, sino nafta, un líquido altamente inflamable, con el que habría logrado prender fuego. Sin embargo, esta explicación requiere que los profetas de Baal, quienes estaban especialmente atentos, y todo el pueblo de Israel que estaba de testigo, no lo hubieran advertido. Y, por otro lado, los críticos de la Biblia rechazan la veracidad del relato, argumentando que se trataría simplemente de una leyenda que tenía como propósito agrandar la figura del profeta Elías. Entonces, la historia del fuego que cae del cielo, ¿es un relato histórico? ¿puede caer fuego del cielo?
El contexto de la historia de Elías y el fuego del cielo se encuentra en el enfrentamiento entre Jehová y Baal. En la antigüedad se creía que cada uno de los dioses controlaba algunos elementos específicos de la naturaleza. Baal era considerado el dios de la tormenta, quien controlaba la lluvia, el trueno y el relámpago. Dado que las lluvias hacían crecer las cosechas, Baal también era considerado el dios de la fertilidad. La lluvia era muy importante en esta región, ya que haría crecer las cosechas y reabastecería nuevamente los suministros de agua. Por ello, los antiguos cananeos creían que Baal enviaba la lluvia como recompensa a sus adoradores. Dado que era el dios de la tormenta, Baal generalmente era representado sosteniendo un rayo con su mano (imagen de abajo).
Existen interesantes paralelos entre Jehová y Baal en relación con los truenos y relámpagos. En los antiguos textos religiosos encontrados en Ugarit se dice lo siguiente respecto de Baal: “Además, Baal enviará abundancia de su lluvia, abundancia de su humedad y nieve, dará su voz en las nubes, (Él enviará) su destello a la tierra con relámpagos” (“Baal Myth of Ras Shamra”, John Gray). Una de las características de Baal era su “voz en las nubes”, lo que probablemente sea una referencia al sonido de los truenos. En el relato bíblico se nos dice que “no había voz, ni quien respondiese” (1 Reyes 18:26) cuando los profetas invocaban a Baal. En cambio, la Biblia describe la “voz” de Dios en términos de truenos y relámpagos (Job 37:2-4, Salmos 29:3,7-8), e indica claramente que la lluvia no provenía de Baal, sino de Jehová (1 Reyes 17:1, 18:1).
En el antiguo Cercano Oriente, y especialmente en Canaán, Baal era considerado el más poderoso de todos los dioses. Además, su culto se había expandido en Israel bajo el reinado de Acab y Jezabel (1 Reyes 16:30-32). Entonces Elías desafía los poderes de Baal y se propone demostrar que Baal era un fraude y que Jehová es el único Dios verdadero. En este contexto, Elías desafía a los profetas de Baal para que su dios de la tormenta y el relámpago ¡hiciera caer un relámpago! En la antigüedad, la expresión “fuego del cielo” hacía referencia a los relámpagos. Este desafío demostraría quien controlaba las fuerzas de la naturaleza: Baal o Jehová.
En un principio pensaríamos que las condiciones para que cayera un rayo eran ideales. Por una parte, la madera y la piedra del altar de Elías no son buenos conductores de electricidad, pero se vuelven bastantes buenos atractores de rayos cuando están húmedos (1 Reyes 18:34). Por otra parte, el altar probablemente se encontraba en la cima del Monte Carmelo o sus alrededores, lo que hace que la probabilidad de que caiga un rayo sea mucho mayor ("The Evangelical Theological Society"). Sin embargo, existe un gran problema. La Biblia nos dice que no había nubes en los cielos aquel día (1 Reyes 18:41-44). Entonces, ¿cómo es posible que pudiera haber caído un rayo en un día despejado?
Aunque los rayos caen al suelo desde una nube de tormenta, hay casos excepcionales en que un rayo puede viajar kilómetros de distancia desde una tormenta a través del cielo azul hasta caer al suelo. Este fenómeno meteorológico se llama “bolt from the blue” (“relámpago desde lo azul”). Se han documentado casos en que estos relámpagos han caído a 40 kilómetros de distancia desde una tormenta. Este tipo de rayos son particularmente peligrosos, ya que parecen salir de un cielo despejado (National Weather Service).
La Biblia nos dice que el enfrentamiento entre Elías y los profetas de Baal ocurrió en el Monte Carmelo. Aunque ese día no había nubes en el cielo sobre el Monte Carmelo, perfectamente un rayo pudo haber viajado desde una tormenta en el Mar Mediterráneo a 10 km de distancia. Esta idea se infiere por el hecho de que estas nubes provenientes del mar fueron las que provocaron una fuerte tormenta poco después de la victoria de Elías sobre los profetas de Baal (1 Reyes 18:41-45) (Reasons to Believe).
Entonces, el aire frío proveniente del Mediterráneo podría haber colisionado con el aire caliente de los tres años de sequía en la cima del Monte Carmelo, provocando una turbulencia que permitiría la caída de un relámpago. La Biblia también nos dice que cuando el fuego de Jehová cayó, “consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja” (1 Reyes 18:38). Estos efectos están asociados con el poder de un rayo ("The Evangelical Theological Society").
De esta manera, aunque los críticos de la Biblia sugieren que la historia del fuego de Elías que cae del cielo sería simplemente una leyenda, todas estas posibilidades nos permiten concluir que se trata realmente de un relato histórico. La gran mayoría de comentaristas cree que un fenómeno extraordinario similar a un “relámpago desde lo azul” habría ocurrido en el Monte Carmelo. Se trata de un milagro extraordinario y sobrenatural. Las largas oraciones de los profetas de Baal no tuvieron respuesta, pero el fuego del cielo cayó solamente por la oración de Elías, en el lugar señalado y en el momento preciso, demostrando que Dios controla las fuerzas de la naturaleza.