Cuando los líderes religiosos judíos confrontaron a Jesús y demandaron de él una señal, Jesús respondió diciendo que la única señal que recibirían sería la “señal de Jonás”: “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:40). Por tanto, el tiempo en que el profeta Jonás estuvo dentro del gran pez es un tipo de los tres días y tres noches que Jesús estaría en el sepulcro.
Sin embargo, aunque la historia de Jonás afirma que el profeta sobrevive tres días y tres noches dentro del gran pez, algunos sugieren que Jonás realmente habría muerto y luego habría vuelto a la vida. Por una parte, se argumenta que el paralelo entre Jonás y Jesús no tendría sentido si es que Jonás no hubiera muerto y resucitado como Jesús. Además, el relato del libro de Jonás pareciera indicar que el profeta estuvo muerto. En el relato, Jonás dice: “Desde el seno del Seol clamé” (Jonás 2:2). El Seol es el lugar de los muertos, el silencio y el olvido. Luego continúa diciendo: “La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; mas tú sacaste mi vida de la sepultura” (Jonás 2:6). Esto parece sugerir que Jonás estuvo muerto y luego volvió a la vida.
De acuerdo a esto, si Jonás estuvo muerto, la oración del profeta no podría haber sido pronunciada dentro del vientre del gran pez. Podemos observar que la oración de Jonás está escrita en pasado: “clame… y me oíste” (Jonás 2:2). Además, la oración de Jonás parece más bien una acción de gracias por haber sido liberado con vida, más que un grito de auxilio desde el interior del pez. Todo esto parece sugerir que Jonás no oró desde el vientre del pez, sino después de haber escapado con vida. Entonces, ¿murió Jonás dentro del gran pez? Pues, cuando estudiamos la historia de Jonás desde el entendimiento judío nos damos cuenta que ¡Jonás siguió con vida dentro del pez!
El paralelo entre la historia de Jonás y Jesús no implica que Jonás haya muerto. En primer lugar, cuando Jonás dice que clamó “desde el seno del Seol”, no está afirmando necesariamente que murió. En la Biblia, la palabra “Seol” se refiere al lugar de los muertos, pero también se usa para describir un estado de profunda angustia o sensación de estar al borde de la muerte [1]. Cuando Jonás fue arrojado al mar, lo inevitable era la muerte. No tenía escapatoria. De la misma manera, David dice: “Me rodearon ligaduras de muerte, me encontraron las angustias del Seol” (Salmo 116:3). El salmista también dice: “Porque tu misericordia es grande para conmigo, y has librado mi alma de las profundidades del Seol” (Salmo 86:13). Por supuesto, David habla poéticamente de una experiencia de angustia extrema y no de una muerte literal [2].
En segundo lugar, la oración de Jonás efectivamente es una oración de gratitud por haber sido librado de la muerte. Tradicionalmente se asume que en la historia de Jonás el gran peligro que debe enfrentar el profeta es el gran pez. Sin embargo, el peligro no es el pez, ¡sino el mar! En la tradición hebrea, el mar era un lugar de caos y muerte. Sin duda, las aguas embravecidas habrían sido mucho más aterradoras que cualquier pez gigante (Salmo 46:2-3).
La Biblia dice que “Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás” (Jonás 1:17). El propósito de este gran pez no era dañar al profeta, sino todo lo contrario, salvarlo de una muerte segura en las profundidades del mar. Los primeros lectores judíos se habrían sentido aliviados al escuchar que Jonás había sido rescatado del mar, incluso por un pez gigante. Por esta razón, la oración de Jonás es una oración de gratitud a Dios por haber sido librado de la muerte en el mar. El texto hebreo de Jonás también presenta al profeta como si estuviera protegido en el vientre del pez. La palabra “vientre” (en hebreo me´eh) también significa “útero” o “matriz” en otras partes de la Biblia. Por ejemplo, cuando Rebeca concibe a Jacob y Esaú, Dios le dice: “Dos naciones hay en tu seno, y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas (me´eh)” (Génesis 25:23).
Por otra parte, cuando el texto dice que Dios preparó un pez, se encuentra en forma masculina (en hebreo dag), pero cuando Jonás ora desde el vientre del pez, se encuentra en forma femenina (en hebreo dagah). Este ligero cambio sugiere que Jonás está siendo protegido en el vientre de un pez hembra, como si fuera un bebé protegido en el vientre de una madre. De hecho, la palabra hebrea común para “vientre” (rechem), se ve exactamente como la palabra hebrea para “misericordia” (racham). Por tanto, la historia del gran pez destaca la misericordia protectora de Dios hacia Jonás preservando su vida como un bebé cuando es protegido en el vientre materno [3].
Pero la historia de Jonás no solamente anunciaba la muerte y resurrección de Jesús, sino también la identidad misma de Jesús. El evangelio de Mateo, aunque escrito en griego, refleja el conocimiento del nombre hebreo de Jesús. El nombre “Yeshúa” (“Jesús”) proviene de la palabra hebrea “salvación”. En el relato del nacimiento de Jesús, Mateo presenta este juego de palabras que sólo tiene sentido en hebreo: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS (Yeshúa), porque él salvará (yoshía) a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21). Ahora observemos las palabras de Jonás justo antes de salir del vientre del gran pez: “La salvación (yeshúatah) es de Jehová” (Jonás 2:9). Las últimas palabras de Jonás cuando “vuelve a la vida” se relacionan lingüísticamente con el nombre de Jesús en hebreo. Así como Dios levantó a Jonás después de reconocer que “la salvación es de Jehová”, Dios levantó a Jesús, cuyo nombre anuncia aquella verdad, “Jehová salva” [4].
REFERENCIAS
[2] Was Jonah Alive in the Fish? (1943). The Estandar Bearer. Disponible en https://sb.rfpa.org/was-jonah-alive-in-the-fish/
[3] Gender and Gestation in Jonah (2021). Israel Bible Center. Disponible en https://weekly.israelbiblecenter.com/gender-and-gestation-in-jonah
[4] Jonás y Yeshúa: ¿una conexión del idioma hebreo? (2019). Israel Bible Center. Disponible en https://weekly.israelbiblecenter.com/es/jonas-y-yeshua-una-conexion-de-lengua-hebrea