Dice la Biblia que Jesús entró en gran agonía cuando se acercaba el momento de llegar a la cruz. Unas horas antes, estando en oración en Getsemaní, Jesús pronunció las siguientes palabras:
"Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú." (Mateo 26:39)
¿Qué era esta copa? ¿Por qué Jesús quería evitarla? Bien, las respuestas a estas preguntas se hallan en las raíces judías, y en especial, en las tradiciones judías en cuanto al matrimonio. Puesto que la Biblia entera habla sobre un matrimonio: Jesús y la Iglesia.
El compromiso matrimonial judío consistía en la elección de la novia por parte del padre del novio (Juan 15:16 - Génesis 24). Una vez elegida ésta, se debía establecer el precio a pagar por la novia. ¿Cuál fue ese precio por la novia, la Iglesia? Fue la misma y preciosa sangre de Jesús; debía pagar con su vida. Ese fue el precio pactado. Una vez establecido el precio, el padre, la novia y el novio debían sellar este acuerdo matrimonial con una copa de vino, llamada en la tradición judía la "copa del pacto" o la "copa de aceptación".
Primero, la novia tomaba de la copa. En este contexto fueron los discípulos, y más tarde todos los creyentes, quienes tomaron de la copa aceptando el compromiso (Lucas 22:20). Como cristianos, en la Santa Cena aceptamos la promesa de matrimonio con Cristo y su compromiso con nosotros. Finalmente, tomaba el novio. En este caso, Jesús es el que tuvo que "beber" de esta copa para aceptar y sellar el compromiso.
Jesús tenía muy claro que el precio a pagar por la novia, es decir, por ti y por mí, era altísimo. Debía entregar su vida. Por eso entró en una agonía tan grande que su sudor se convirtió en gotas de sangre (Lucas 22:44) al pensar que el compromiso que estaba aceptando al tomar de esta copa también significaba entregar su propia vida por la novia. Se infiere lógicamente que Jesús tomó de la copa, puesto que momentos después fue apresado y llevado a la cruz a morir por los pecados del mundo. ¡Jesús pagó un alto precio por ti!