Los Reyes Magos y los vínculos con el profeta Daniel

Cuando Jesús nació en Belén, dice la Biblia que vinieron del oriente a Jerusalén unos magos. Todos conocen la historia (Mateo 2:1-12). Llegaron siguiendo una estrella que anunciaba la llegada de un Rey a este mundo. Cuando encontraron al niño Jesús, el Rey anunciado, llevaron algunos presentes: oro, incienso y mirra, y luego se devolvieron a su tierra. 


Pero más allá del relato, un estudio profundo de la Palabra y en particular de esta historia nos lleva a formularnos las siguientes preguntas: ¿Cómo supieron los magos que esta estrella en particular tenía un significado profético? ¿Cómo supieron que anunciaba la llegada de un Rey? ¿Por qué viajaron tantos kilómetros para adorar a un Rey extranjero? ¿Por qué llevaron oro, incienso y mirra como regalos? ¿Era realmente suyo el oro? ¿Eran realmente tres? Bien, las respuestas a estas interrogantes se hallan increíblemente 600 años atrás y están escritas en la Biblia, en las profecías de Daniel. 

Daniel era un joven cautivo en Babilonia. Era un brillante, un genio intelectual, que conocía toda la sabiduría de Dios (Daniel 1:17). Era 10 veces más inteligente que los magos y astrólogos del Imperio (Daniel 1:20). Y con el tiempo, Daniel fue designado gobernador de la provincia de Babilonia y se hizo a cargo como jefe de todos los sabios: 

"En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de los dioses; al que el rey Nabucodonosor tu padre, oh rey, constituyó jefe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos, por cuanto fue hallado en él mayor espíritu y ciencia y entendimiento, para interpretar sueños y descifrar enigmas y resolver dudas;" (Daniel 5:11-12) 

Muchos de estos magos, astrólogos y caldeos eran jóvenes judíos cautivos en Babilonia y que se quedaron allí por siglos. Estos recibieron la instrucción de Daniel. Estos caldeos respetaron por siglos las enseñanzas de Daniel, y admiraron su sabiduría. Fue Daniel quien les salvó la vida (Daniel 2:1-18), por lo era tenido en mucha estima. Con el pasar del tiempo Daniel fue adquiriendo más sabiduría y revelación de Dios, incluso de cosas que no podía escribir para el público en general. Una de estas revelaciones era el tiempo de la llegada del Mesías y la señal de su nacimiento en el cielo. Los judíos creen que Daniel enseñó este misterio a los magos y caldeos que estaban bajo su cargo para que reconocieran la llegada del Mesías. 


Por siglos estos magos guardaron este conocimiento hasta el tiempo de los reyes magos. Ahora es posible entender porqué los magos sabían que esta estrella especial tenía el significado profético de la llegada de un Rey (Mateo 2:2). Es posible también entender el porqué emprendieron un viaje tan largo para adorar a un Rey extranjero, pues estaban entrenados y preparados para este tiempo y para esperar al Mesías. Sabían, en base a la profecía de las setenta semanas (Daniel 9:24-27), el tiempo exacto del nacimiento del Mesías y sólo esperaban su señal en los cielos. 

Pero más interesante es la explicación de los presentes que entregaron los magos al niño Jesús. Daniel, fue el segundo hombre más poderoso en Babilonia por mucho tiempo, por lo que se enriqueció en gran manera, pero no tenía descendencia, puesto que era eunuco (Daniel 1:3-6). Según los judíos, en el lecho de muerte Daniel dio instrucciones a sus magos y astrólogos para que en el tiempo y la aparición de la señal en los cielos de la llegada del Mesías llevaran sus tesoros y se lo presentaran a los pies del recién nacido. Por seiscientos años estos astrólogos siguieron sus indicaciones y esperaron la señal, y cuando apareció viajaron en caravana hasta Jerusalén para consultar el lugar del nacimiento. Herodes entonces, consultando a los expertos de la Torá, los envió a Belén. Allí pudieron entregar el tesoro del profeta Daniel a los pies de niño Jesús.


Este oro era el regalo que representa el nacimiento de un Rey; el incienso era usado por sacerdotes en los sacrificios en el Templo, por lo que representaba el nacimiento de un Sumo Sacerdote; y la mirra, usada para embalsamar cuerpos, representa su muerte y resurrección ¿Cómo sabían esto? Pues, los magos tenían acceso a los escritos de Daniel, que por ese entonces estaba limitado sólo a personas de alto grado en Babilonia. En estos escritos estaba profetizado el nacimiento de un Rey (Daniel 9:25) y de un Sumo Sacerdote que debía ser cortado y dado en sacrificio por nosotros (Daniel 9:26). Muchos creen que por tratarse de tres presentes los magos eran tres, pero es probable que se tratasen de muchos más. Obviamente los nombres con los cuales se les conoce (Melchor, Gaspar y Beltasar) son nombres ficticios dados por la tradición. 

Pero aún hay más. La historia de los magos también tiene una implicancia espiritual. Dice la Biblia que José, María y Jesús viajaron a Egipto arrancando de Herodes porque quería asesinar al niño y estuvieron allí hasta su muerte. De esta manera se cumplió la profecía de que el Hijo de Dios estaría y regresaría de Egipto (Mateo 2:15). Pero leemos en la Biblia que meses antes, cuando presentaron al niño Jesús en el Templo, José y María ni siquiera tenían dinero suficiente para comprar un cordero de un año para el sacrificio como lo exigía la Torá (Levíticos 12:6), sino que ofrecieron la opción más barata para familias de pocos recursos: dos tórtolas (Levíticos 12:8 y Lucas 2:24). Entonces, ¿cómo pudieron financiar un viaje tan largo hasta Egipto? ¿Cómo pudieron financiar la estadía en esas tierras por tanto tiempo? Bueno, la respuesta es obvia. El oro que le entregaron los magos justo la noche en que fueron advertidos que debían huir les sirvió de provisión. 


Esto nos enseña dos cosas. Primero, Dios tiene un propósito en tu vida. Para los creyentes, muchas veces hay profecías entregadas por Dios para sus vidas. La Biblia nos enseña que Dios siempre cumple sus promesas, por lo que Él cumplirá su propósito en ti, así como permitió cumplir la profecía del viaje del niño Jesús a Egipto. Segundo, Dios proveerá los recursos. Están ya preparados, incluso mucho tiempo antes que nacieras. El tesoro entregado por los reyes magos estaba preparado por muchos siglos para el tiempo exacto, para el momento preciso en que José y María lo necesitaban. Justo cuando fueron advertidos que debían huir a Egipto apareció la provisión de Dios. Así también, los recursos que necesitas ya están preparados y listos, sólo basta esperar el tiempo de Dios para cumplir la profecía y el propósito que hay en tu vida.