Señales en el sol, la luna y las estrellas


En Mateo 24, Jesús predice la destrucción del templo de Jerusalén y anuncia las señales que precederán su segunda venida. Una de las profecías más impactantes tiene que ver con las señales que ocurrirán en el sol, la luna y las estrellas: 

“E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.” (Mateo 24:39) 

Pues, ¿cómo debemos entender esta profecía? ¿Debemos interpretarla “literalmente”? Sabemos que muchas de las cosas de las que hablaba Jesús en Mateo 24 se referían a la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 d.C. Si es así, entonces tenemos un gran problema con esta profecía. Y es que, cuando Jerusalén fue destruida en el primer siglo, el sol no dejó de brillar, ni la luna dejó de resplandecer, ¡ni mucho menos cayeron las estrellas del cielo! 

Además, debemos considerar otro aspecto importante de la profecía: el tamaño de las estrellas. Por ejemplo, el sol es nuestra estrella más cercana, y su tamaño supera cien veces el tamaño de la Tierra. Sin embargo, en el universo existen estrellas mucho más grandes que el sol. Esto significa que, si solamente UNA estrella cayera del cielo, la Tierra desaparecería por completo. Por tanto, la idea de que muchas estrellas literalmente caerán del cielo es insostenible. 

Entonces, ¿qué significa que “el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo”? Pues, las palabras de Jesús forman parte de un lenguaje muy común entre los judíos de la época: el género apocalíptico. La literatura apocalíptica judía utiliza símbolos, visiones y personificaciones para representar verdades espirituales. De esta manera, la imagen del sol oscureciéndose, la luna no dando su luz, y las estrellas cayendo del cielo, forman parte de una larga tradición de lenguaje apocalíptico judío. 

Las Escrituras hebreas comúnmente usa este tipo de expresiones de manera figurada. Por una parte, el brillo del sol, la luna y las estrellas simboliza “buenos tiempos” [1]. En las Escrituras, las bendiciones por la obediencia se describen como “la luz del mediodía”. El salmista escribe: “Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía” (Salmo 37:6). El profeta Isaías escribe: “Entonces nacerá tu luz como el alba… en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía” (Isaías 58:8,10). Isaías también dice: “No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque Jehová te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados” (Isaías 60:20). 

Por el contrario, el oscurecimiento del sol, la luna y las estrellas simboliza “malos tiempos” [2]. En las Escrituras, las consecuencias de la desobediencia de Israel se describen como “un día de oscuridad”. El profeta Isaías escribe: “… esperamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad… tropezamos a mediodía como de noche” (Isaías 59:9-10). El Predicador nos dice que debemos acordarnos de nuestro Creador en los días de nuestra juventud, “antes que vengan los días malos… antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas” (Eclesiastés 12:1-2). 

Los profetas del Antiguo Testamento utilizaron esta expresión para anunciar el día del Juicio de Dios. El profeta Amós dijo: “¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz… ¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor?” (Amós 5:18,20). Amós continuó diciendo: “Y me dijo Jehová: Ha venido el fin sobre mi pueblo Israel… Acontecerá en aquel día, dice Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas la tierra en el día claro” (Amós 8:2,9). 

El profeta Sofonías utilizó esta expresión para predecir la destrucción de Judá y Jerusalén: “Extenderé mi mano sobre Judá, y sobre todos los habitantes de Jerusalén… día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento” (Sofonías 1:4,15). El profeta Isaías también describió la destrucción de Judá como un día de “tinieblas de tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz” (Isaías 5:30). Mientras que el profeta Jeremías describió la destrucción de Jerusalén de la siguiente manera: “Miré a la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz” (Jeremías 4:23). 


Cuando se trata del orden cósmico, el sol, la luna y las estrellas juegan un papel central, ya que ellos representan el gobierno cósmico de Dios. En Génesis 1, Dios creó el sol, la luna y las estrellas para gobernar los cielos (Génesis 1:14-18). Las Escrituras hebreas tienden a considerar al sol, la luna y las estrellas como el “ejército de los cielos” (2 Reyes 23:5) que están al servicio de Dios su comandante. Por esta razón, las Escrituras utilizan la expresión “Jehovah Sabaoth”, que se traduce como “Jehová de los ejércitos”. De hecho, la Biblia describe al sol, la luna y las estrellas en términos personificados, llamándolos “hijos de Dios” (Job 38:7), teniendo personalidades humanas (Isaías 55:12) y alineándose con los propósitos de Dios, como en la batalla contra Sísara (Jueces 5:20) [3]. 

Por otra parte, en el Antiguo Cercano Oriente, el sol, la luna y las estrellas también representaban a los imperios, las naciones o un poder político. En Génesis 37, por ejemplo, el sol, la luna y las estrellas representan a la nación de Israel. En el sueño de José, “el sol y la luna y once estrellas” representaban a Jacob, a Raquel, y a los hermanos de José (Génesis 37:10). Este mismo simbolismo se encuentra en Apocalipsis 12, donde la descripción de la mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, es una referencia a Israel, de acuerdo con Génesis 37. 


En otras partes de las Escrituras, el sol, la luna y las estrellas también representaban a los dioses de las naciones [4]. Moisés advirtió a los hijos de Israel que no adoraran al sol, a la luna o las estrellas como lo hacían las otras naciones: “No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos” (Deuteronomio 4:19). Por esta razón, la plaga de oscuridad de los cielos que duró tres días (Éxodo 10:21-22) representaba un juicio de Dios contra la nación de Egipto, pero también contra sus dioses. 

En el género apocalíptico judío, cuando las naciones y sus gobernantes se rebelan contra Dios, los objetos celestes que gobiernan los cielos también se vuelven contra las naciones [5]. El sol, la luna y las estrellas reaccionan no emitiendo su brillo, dejando a las naciones en tinieblas porque desobedecieron a Dios. Esta es una descripción simbólica del juicio de Dios de larga tradición judía: “el sol se oscurece, la luna se convierte en sangre, y las estrellas caen del cielo”, anunciando en los cielos lo que Dios está a punto de derramar sobre las naciones en la tierra. 

El Talmud, que recopila las tradiciones orales judías a lo largo de los siglos, dice: “Cuando el sol se eclipsa, es un mal presagio para las otras naciones. Cuando la luna se eclipsa, es un mal presagio para los enemigos del pueblo judío” [6]. En el Antiguo Cercano Oriente, los eclipses solares y lunares eran vistos como presagios divinos acerca del futuro del rey o del reino. En la antigua Babilonia, un eclipse solar tenía un peso fatalista, ya que anunciaba desastres naturales, guerras, traiciones palaciegas o incluso la muerte del soberano [7]. 

Los profetas del Antiguo Testamento usaron con frecuencia estas imágenes apocalípticas para describir la caída de las naciones. El profeta Isaías predijo con las mismas imágenes la caída de Babilonia: “Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor." (Isaías 13:10). El profeta Ezequiel también predijo de la misma manera la caída de Egipto: “Y cuando te haya extinguido, cubriré los cielos, y haré entenebrecer sus estrellas; el sol cubriré con nublado, y la luna no hará resplandecer su luz. Haré entenebrecer todos los astros brillantes del cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra, dice Jehová el Señor." (Ezequiel 32:7-8). 

El profeta Joel predijo que el Día del Señor será un “día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra” (Joel 2:2). También dijo: “Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor… El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová” (Joel 2:10,31). 


Por lo tanto, esta larga tradición judía que veía al sol, la luna y las estrellas como imágenes apocalípticas del juicio de Dios tuvo un gran peso para la audiencia de Jesús. En Mateo 24, Jesús no estaba prediciendo un cataclismo cósmico o la destrucción del mundo físico, sino más bien, estaba usando el mismo lenguaje de los profetas del Antiguo Testamento para anunciar el juicio de Dios sobre Jerusalén. El erudito rabínico John Lightfoot comentó esta profecía de la siguiente manera: “El cielo judío perecerá, y el sol y la luna de su gloria y la felicidad se oscurecerán, y se reducirán a nada. El sol es la religión de la iglesia [judía], la luna es el gobierno del Estado [judío], y las estrellas son los jueces y doctores de ambos” [8]. 

Más adelante, este mismo lenguaje simbólico se repite en Apocalipsis: “Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento” (Apocalipsis 6:12-13). Por supuesto, el significado de este simbolismo es el mismo: ¡el juicio de Dios ha llegado! 


REFERENCIAS

[1] "Sun, Moon and Stars darkened". The Highway. Disponible en https://www.the-highway.com/matt24_Woodrow4.html 
[2] Ídem.
[3] "The Second Coming Already Ocurred". The Shepherd´s Church. Disponible en https://www.theshepherds.church/blog/the-second-coming-already-happened 
[4]  "The sun will be darkened". Berean Bible Church. Disponible en https://www.bereanbiblechurch.org/transcripts/topical/sun-will-be-darkened-apocalyptic-symbolism.htm
[5]  "The Second Coming Already Ocurred". The Shepherd´s Church. Disponible en https://www.theshepherds.church/blog/the-second-coming-already-happened
[6] Talmud de Babilonia, Sucá 29a.
[7] "Descifran tablillas babilónicas de hace 3.800 años con profecías sobre eclipses que anunciaban muertes reales, plagas y guerras apocalípticas". Revista Muy Interesante. Disponible en https://www.muyinteresante.com/historia/hallazgo-eclipses-profeticos-tablillas-babilonicas-4000-anos-profecias-reyes.html
[8] John Lightfoot (1859). “Hebrew and Talmudical exercitations upon the Gospels, the Acts, some chapters of St. Paul's Epistle to the Romans, and the First Epistle to the Corinthians”.