¿Por qué Jesús no dejó a un discípulo enterrar a su padre?

Jesús comienza a hablarle a la gente sobre el costo de seguirlo. Entonces uno de sus tantos discípulos le pide a Jesús ir a enterrar primero a su padre (Mateo 8:21; Lucas 9:59) y luego seguirle. Lo más lógico sería concederle el permiso, pues se debe entender que aquel discípulo estaba muy triste ante la muerte de su padre y era su obligación darle una correcta sepultura. Sin embargo, ante algo que pareciera cruel, Jesús no lo permite. ¿Por qué no le permitió enterrar a su padre?


La razón por la cual Jesús no deja al discípulo enterrar a su padre era porque ¡¡¡su padre no había muerto!!! La expresión "enterrar a mi padre" no tenía nada que ver con sepultar el cadáver de su padre. Era una expresión judía para referirse al deber familiar de quedarse con su padre hasta que muriera ("Mi vecino Jesús", George Lamsa). Podían pasar años hasta que eso pasara. Por lo tanto, el discípulo le estaba diciendo a Jesús que se quedaría con su padre hasta que falleciera y luego le seguiría. Estaba aplazando su obediencia a Jesús para quedarse con su familia por largos años.

Jesús le respondió diciendo que le siguiera y anunciara el reino de Dios, y que "los muertos entierren a sus muertos" (Mateo 8:22; Lucas 9:60). La respuesta de Jesús fue acertada. Si queremos seguir a Jesús, el momento es ahora y no aplazarla para mañana. Obviamente el sentido de que los "muertos entierren sus muertos" era figurado: que los muertos espirituales sigan preocupados de sus deberes familiares rechazando el seguir a Jesús.