El gusano que nunca muere


Sin duda, nadie habló más acerca de la realidad del Infierno en la Biblia que Jesús. Muchas de las descripciones del Infierno que encontramos en el Nuevo Testamento fueron dadas por Jesús. Sin embargo, de todas estas referencias, una de ellas continúa siendo un misterio hasta el día de hoy: 

“Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.” (Marcos 9:45-46) 

Pues bien, Jesús, citando las palabras del profeta (Isaías 66:24), hace una comparación entre un vertedero de basura que existía en el Valle de Hinom (en hebreo Gehinom, y en griego Gehenna) a las afueras de Jerusalén en la época de Jesús, y el castigo eterno que les espera a los condenados después de la muerte. En este valle se arrojaba toda clase la basura, incluso cadáveres que no merecían un entierro, que cuando se les prendía fuego inmediatamente se llenaban de gusanos. Para los judíos, este valle de basura simbolizaba el juicio de Dios sobre los impíos. Asimismo, Jesús nos enseña que es mejor entrar cojo o manco al cielo, que ser arrojado al infierno, un lugar similar donde el fuego no puede ser apagado y el gusano de ellos no muere. 

Pero, ¿qué significa que el gusano de ellos no muere? Algunos eruditos afirman que el fuego en el infierno no es literal, y por lo tanto, los gusanos tampoco. Enseñan que “el gusano de ellos no muere” es una referencia a la conciencia, un símbolo de los remordimientos que los condenados tendrán en el infierno y que nunca se acabará o morirá. Pero la palabra “gusano” (tolaat) usada por el profeta Isaías es la misma que se usa en Jonás para hablar de un gusano literal que se comió la calabacera (Jonás 4:7). Y la palabra "gusano" (skolex) usada por Jesús también hace referencia a un gusano literal. Entonces, ¿puede haber gusanos literales en el Infierno? 

Hasta hace algunos años, la idea de gusanos literales en el infierno, o mejor dicho, en el centro de la Tierra, estaba totalmente descartada por la ciencia, pues era casi imposible que pudiera existir cualquier clase de vida en lugares tan profundos de la Tierra, sin oxígeno, sin luz solar o a temperaturas tan elevadísimas. Sin embargo, recientes descubrimientos científicos han cambiado radicalmente estas teorías. 

En 2011, investigadores de la Universidad de Ghent (Bélgica) y la Universidad de Princeton (EE.UU.) descubrieron bajo una mina de oro en Beatrix, cerca de Johanesburgo (Sudáfrica) una nueva especie de gusano que vive nada menos que a 3,6 kilómetros bajo la tierra. Estos gusanos miden 0,5 milímetros y fueron llamados Halicephalobus mesphisto, traducido como “gusanos del diablo” (por Mefisto o Mefistófeles, otro nombre del diablo), debido a que viven en un verdadero infierno, pues a esta profundidad bajo la mina la temperatura alcanza los 48 grados centígrados (Revista Nature). 


Pero otro descubrimiento científico fue aún más revolucionario. En 1977, un sumergible norteamericano descubrió en Galápagos, Océano Pacífico, una nueva especie de gusanos de tubo gigantes de hasta 2,7 metros, llamada Riftia Pachyptila, desconocida hasta entonces. Esto supuso una verdadera revolución en biología, pues fueron encontrados a una profundidad de entre 2 a 4 kilómetros bajo el mar habitando al lado de fumarolas submarinas, desde donde escapa vapor y gases directos desde el centro de la tierra. Esto significaba que podían tolerar temperaturas de hasta 400 grados centígrados y soportar grandes concentraciones de sulfuro y nula luz solar. Y a pesar de este hábitat extremo y tóxico, pueden llegar a vivir hasta los 250 años (Wikipedia).



Y los descubrimientos siguen. Pues en 2012, científicos británicos aseguran haber encontrado una especie de gusano capaz de combatir el envejecimiento y volverse teóricamente inmortal (BBC). Estos descubrimientos, sin duda, proponen nuevas teorías que implican la posibilidad de que existan gusanos a más kilómetros de profundidad, que resistan las altas temperaturas del centro de la Tierra y toleren las grandes concentraciones de azufre y sulfuro, que sean más grandes, y que también sean más longevos. Sin duda, la existencia de gusanos literales en el Infierno sigue siendo un misterio.