El nombre inefable de Dios en las Escrituras


El nombre “YHVH” (יהוה), conocido también como “Tetragrámaton” por sus cuatro letras hebreas (yod, hei, vav, hei), se ha convertido verdaderamente en un nombre inefable (“shem hameforash”), pues nadie conoce cómo se pronunciaba originalmente. Este misterio se debe, en parte, porque el antiguo hebreo se escribía sin vocales, por lo que es imposible verificar las vocales del Nombre.

Pero también se debe, por otra parte, al mandamiento que prohíbe tomar el nombre de Dios en vano (Éxodo 20:7). Probablemente, los judíos decidieron no pronunciar el Nombre en voz alta para evitar que fuera profanado durante el exilio en Babilonia. Por esta razón, comenzaron a pronunciar en voz alta “Adonai” (“Señor”) en reemplazo del Nombre, tanto en la liturgia, la oración, como en la lectura de las Escrituras.

Esta costumbre se reflejó en la traducción de las Escrituras del hebreo al griego (“Septuaginta”), pues los eruditos tradujeron el nombre divino como “Κύριος”, que en griego significa “Señor”. Se dice que después de la muerte del Sumo Sacerdote Shemeon Hazaddik el Nombre dejó de hablarse. Desde entonces, cualquiera que pronunciara el nombre de Dios con todas sus letras no tendría parte en la vida futura (Sanhedrin X:1). A principios del siglo III a.C. el Nombre era pronunciado sólo por el Sumo Sacerdote en el Templo de Jerusalén, y en ocasiones muy especiales, como Yom Kippur o para bendecir al pueblo.

Pero cuando el Templo fue destruido en el año 70 d.C. ya no había un contexto especial en el cual se pronunciara. Después de la revuelta del Bar Kokhba entre 132-135 d.C. los romanos prohibieron el uso del Nombre bajo pena de muerte. Desde entonces, los rabinos decidieron no pronunciarlo para proteger a las comunidades. Así es como se perdió la pronunciación (haaretz.com).

Sólo hasta algún momento entre el 500 y 900 d.C. Aaron ben Moses ben Asher incluyó los puntos vocales hebreos (“nekudot”) en las Escrituras para ayudar en la pronunciación. Y aunque la pronunciación de todas las palabras bíblicas fue preservada por transmisión oral, YHVH continuó pronunciándose “Adonai”. Para cambiar una pronunciación en particular, los masoretas (escribas de la época) tenían un sistema especial donde una palabra estaba “escrita” (“ketiv”) de una manera, pero mediante una nota al margen del manuscrito se explicaba que se debía leer (“qere”) de otra manera. Una de estas palabras era "YHVH", la cual los masoretas la escribían con los puntos vocálicos de “Adonai” (אֲדֹנָי). De esta manera, el lector veía escrito (“ketiv”) el Nombre como יְהֹוָה y entendía que debía leerlo (“qere”) como “Adonai”.

Hay que considerar que las vocales de “Adonai” no son las mismas que se escriben en el Nombre, debido a algunas reglas gramaticales hebreas. La “patah” “a” en letras guturales (como en la “alef” de “Adonai”) cambia a un “sheva” “e” en letras no guturales (como en la letra “yod” de “YHVH”). De ahí que se encuentre la vocalización “Yehovah” y no “Yahovah”. Esta práctica de lectura del Nombre era tan común entre los judíos, que no era necesaria una nota al margen para explicarla. Siempre se pronunciaría así (“qere perpetuum”). Precisamente la falta de una nota explicativa hizo que los primeros traductores tradujeran literalmente el Nombre como “Yehovah” como si fuera su vocalización correcta. Esta traducción más tarde se convirtió en “Jehová”.

En otros casos menos frecuentes, los masoretas escribían el Nombre con los puntos vocálicos de “Elohim” (אֱלֹהִים). YHVH se escribía entonces יֱהֹוִה para así leerse “Elohim” en voz alta. Hoy en día, ningún judío pronuncia el Nombre como “Yehovah” (יְהֹוָה) o “Yehovih” (יֱהֹוִה), sino más bien, sabe que es una indicación para pronunciar “Adonai” o “Elohim” en su lugar. En la siguiente imagen, extraída del libro de Génesis en el Códice de Leningrado, se observa el nombre YHVH vocalizado "Yehovah" (con todas sus vocales), y en las siguientes líneas vocalizado "Yehovih" (con todas sus vocales) cuando se encuentra junto a la palabra "Adonai":




En otros casos, YHVH se encuentra escrito sin la vocal media por necesidades de lectura del texto bíblico, ya sea por extensión de las consonantes, cánticos o rimas. Por ende, se puede encontrar diferentes vocalizaciones, como “Yehvah” (יְהוָה) o “Yehvih” (יְהוִה). En la siguiente imagen, extraída del libro de Jueces en el Códice de Aleppo, se observa el nombre YHVH vocalizado "Yehvah" (sin la "holam" "o"), y en las siguientes líneas vocalizado "Yehovih" cuando se encuentra junto a la palabra "Adonai":


Pero, aunque desconocemos la pronunciación original del Nombre, lo que parece claro es su verdadero significado. Cuando Moisés preguntó cuál era su nombre, la respuesta de Dios fue “Ehyeh asher ehyeh”, que significa “Yo Soy lo que Soy”, por lo que parece que su Nombre está relacionado con el verbo “ser”:

“Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.” (Éxodo 3:14)

“Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: YHVH, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos.” (Éxodo 3:15)

La respuesta de Dios emplea el verbo “hayah” (“ser”), la cual tiene dos formas: “hayah” (HYH), y otra más antigua “havah” (HVH). En Éxodo 3:14, Dios emplea este verbo en primera persona “Ehyeh”, que significa “Yo Soy” (que en hebreo posterior tomó el significado “Yo seré”). Los judíos creen que “YHVH” es una combinación del verbo “ser” en pasado, presente y futuro, en hebreo “hayah, hoveh, yihyeh”, y que significa “Él era, Él es y Él será” (Apocalipsis 4:8). YHVH, por lo tanto, transmite la idea del Ser Eterno y Autoexistente del cual todo lo demás procede (hebrew4christians.com). Desde este punto de vista, en Éxodo 3:15, el Nombre expresado por Dios en tercera persona debiera reflejar la forma “El será”.

Los lingüistas y hebraístas han intentado reconstruir académicamente la pronunciación original y han concluido que la correcta vocalización sería “Yahweh”, que es la conjugación “hifil” del verbo “havah” en tercera persona, y que significa “El que causa ser”. Esta reconstrucción está basada también en antiguas transcripciones, nombres teofóricos (nombres hebreos que contienen el Nombre) y la gramática hebrea. Esta vocalización se hizo popular cuando a principios del siglo XIX el destacado hebraísta Wilhelm Gesenius la sugirió como una posibilidad. Y aunque esta pronunciación ha sido ampliamente reconocida en todo el mundo occidental, especialmente por académicos, aun no genera consenso, y en Israel casi ni se considera.

El problema con esta vocalización, sin embargo, es la propia gramática hebrea. El nombre "YHVH" en tercera persona en relación al verbo "havah" debiese pronunciarse “Yihyeh” (o también “Yihveh”) y no “Yahweh”. Además, la “w” no existe en hebreo antiguo (ni moderno) según los antiguos alfabetos que derivan del hebreo. Por ende, a los académicos les agrada el nombre “Yahweh” por lo que significa, pero no pueden explicar el cambio en la etimología (Michael Heiser).

Aunque sabemos que las cuatro consonantes antiguas del Nombre han permanecido intactas, han existido diferentes vocalizaciones en idioma hebreo que pueden modificar su significado. Con el tiempo ha surgido una variedad de vocalizaciones, como YeHeVeH, YeHVeH, YaHVeH, YaHaVaH, YaHaVeH, YaHuVaH, YeHoVaH, que pueden explicar la diversidad de transliteraciones del Nombre del hebreo al griego, tales como Αια, Ιαω , Ιαβε , Ιευω , Διος , Jovis y Jova.


Desde la visión tradicional judía el nombre “YHVH” expresa “amor” y “misericordia”. Se dice que “El Santo, Bendito sea, dijo a aquellos: ¿Quieres saber mi Nombre? Me llaman según mis acciones. Cuando juzgo a las criaturas, soy Elohim, y cuando tengo misericordia de mi mundo, me llamo YHVH” (Exodo Rabba 3:6).

Por ello, cuando Dios creó el mundo se le llama “Elohim” (Génesis 1:1-2; 4a), pero cuando creó al hombre y respiró aliento de vida en su nariz, se le llamó por primera vez “YHVH” (Génesis 2:7). El nombre YHVH expresaría entonces una relación íntima con el hombre.



Los juegos de palabras son muy característicos del lenguaje bíblico hebreo, pues ayudaban a los judíos a aprender algunas palabras de las Escrituras más fácilmente. Y notamos que una de estas palabras, el Nombre, aparece constantemente relacionada con la palabra "amor":

“Por amor de mi nombre diferiré mi ira, y para alabanza mía la reprimiré para no destruirte (…) Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro.” (Isaías 46:9,11)

Entonces, si existe un juego de palabras con el Nombre en las Escrituras, su verdadera pronunciación podría haberse escuchado algo muy parecido a la vocalizacion de la palabra "ahavah" ("amor"). Así  por ejemplo, Moisés pronunció la palabra "ahavah" luego del Nombre en el mandamiento más importante del judaísmo: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a YHVH tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” (Deuteronomio 6:4-5). En este caso, la palabra "ahavata" ("amarás").


Pero también hay que destacar que en los últimos años han aparecido nuevas investigaciones que concluyen algo similar. Se ha sugerido que el nombre “YHVH” probablemente no tenga raíces hebreas, sino árabes, pues surgió en las tierras de Edom, o incluso más allá al sur en Madián (Deuteronomio 33:2; Jueces 5:4; Habacuc 3:3). Si esto es correcto, entonces el significado del nombre se debe encontrar en la familia de las lenguas árabes que predominaban en estas tierras. Así surgió la teoría de que el nombre divino deriva de la raíz árabe “hwy” y la palabra “hawaya”, que significa “amor, cariño, pasión, deseo” (thetorah.com). Esta sugerencia se relaciona con el siguiente pasaje bíblico:

“Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.” (Éxodo 34:14)

Desde este punto de vista, el nombre personal de Dios es “Celoso”, que puede significar “Apasionado”. Esto refleja la idea de que el vínculo de Dios con sus adoradores es de amor apasionado, pero también de celos cuando adoran a otros dioses:

“No tendrás dioses ajenos delante de mí (…). No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy YHVH tu Dios, fuerte, celoso….” (Deuteronomio 5:7,9)

Todas estas ideas son muy interesantes, aunque nos recuerdan que la pronunciación original del Nombre simplemente se perdió. En la actualidad, tampoco se intenta pronunciar. El Nombre se considera tan sagrado, que incluso la palabra “Adonai” usada como sustituto del Nombre no se usa fuera del contexto de la liturgia. Por ello, hoy se prefiere pronunciar “hakadosh baruch hu” ("el Santo Bendito sea Él") y también “Hashem” ("el Nombre").