¿Por qué Jesús resucitó después de tres días?


Sabemos que Jesús resucitó después de tres días. Sin embargo, Jesús también podía haber resucitado al día siguiente de la crucifixión, o dos días después. Entonces, ¿por qué espero tres días? Pues, la respuesta se encuentra en las creencias judías acerca de la muerte. 

Los judíos creían que una persona muerta se consideraba realmente muerta sólo hasta después de tres días. Durante este periodo se pensaba que el alma permanecía cerca del cuerpo esperando volver a entrar. Pero una vez pasados los tres días el alma finalmente se marchaba para no volver: “Durante los primeros tres días después de la muerte, el alma flota sobre el cuerpo, pensando que volverá al cuerpo" (Talmud de Jerusalén, Yevamot 16:3). “Aunque el alma protesta por su nacimiento en el mundo, también protesta por la muerte del cuerpo. Permanece cerca del cuerpo durante tres días, esperando que vuelva a la vida” (Tanhuma, Miqetz 4; Pequdei 3). “Después de tres días, el alma regresa a Dios para esperar el momento de la resurrección" (Sanhedrin 90b-91a).

Esta antigua creencia judía puede observarse en la historia de la resurrección de Lázaro. La Biblia nos dice que María y Marta enviaron a buscar a Jesús diciendo que Lázaro “estaba enfermo” (Juan 11:3). Sin embargo, debemos entender que Lázaro ¡realmente había muerto! Cuando escuchó la noticia, Jesús “se quedó dos días más en el lugar donde estaba” (Juan 11:6). Entonces, llegó al cuarto día, cuando “hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro” (Juan 11:39). Los judíos no creían en la resurrección después de tres días. Esto explicaría la incredulidad de María: “Señor, hiede ya, porque es de cuatro días” (Juan 11:39). Pero Jesús esperó estos días con la intención de demostrar que la resurrección de Lázaro fue un verdadero milagro. 


Un caso similar ocurre en el camino a Emaús. Los discípulos hablaban con Jesús, a quien no reconocieron, acerca de las cosas que habían sucedido en Jerusalén y de la crucifixión. La Biblia nos dice que ellos esperaban que aquel hombre crucificado fuera el Mesías, pero habían desistido de la idea, pues ya habían pasado tres días desde su muerte (Lucas 24:21). Esto es importante, ya que si Jesús hubiera resucitado el mismo día de la crucifixión, los judíos hubieran pensado que no había muerto, y sólo se trataba de algún tipo de reanimación. Pero Jesús estuvo tres días en la tumba, demostrando a los judíos que realmente había muerto. Sin embargo, volvió a la vida. Desde la perspectiva judía, no había duda que Jesús había ¡resucitado de entre los muertos!