¿Por qué Raquel y Lea discutieron por unas mandrágoras?


La Biblia registra una discusión entre Raquel y Lea por apoderarse de una extraña planta llamada “mandrágora” que había sido encontrada en el campo. La Biblia dice:

“Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo. Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo.” (Génesis 30:14-15)

Pues, ¿qué son las mandrágoras? La “mandrágora” es una planta con flores azules y frutos verdes, cuya raíz tiene un fuerte olor y una figura que parece humana. Y en tiempos antiguos, las culturas del Medio Oriente la consideraban afrodisíaca. Las mujeres estériles la usaban en rituales, pues se creía que promovía la fertilidad. Y los hombres hacían collares con los frutos de la mandrágora para usarlos como amuleto, pues se creía que brindaba potencia viril (judaismolaico.com). Por ello, el libro de Cantares también la menciona asociándola al despertar del amor:

“Las mandrágoras han dado olor,
Y a nuestras puertas hay toda suerte de dulces frutas,
Nuevas y añejas, que para ti, oh amado mío, he guardado.” (Cantares 7:13)



Entonces ¿por qué Raquel y Lea discutieron tanto por las mandrágoras? Pues, porque Raquel no podía concebir hijos (Génesis 30:1-2), mientras que Lea había dejado de dar a luz (Génesis 30:9). Así que para ayudar a su madre, Rubén salió al campo a buscar mandrágoras, para que Lea pudiera usarlas como afrodisíaco y aumentar el deseo de Jacob por ella. Mientras que Raquel creía que las mandrágoras podrían ayudarla a curar su esterilidad y por fin tener un hijo. Así que ambas necesitaban la planta. Y dado que las mandrágoras eran escasas en Padan-aram donde vivían (Génesis 28:5), Raquel y Lea terminan discutiendo por tener la tan escasa y deseada planta.