El Principio del Tiempo y la Omnipresencia de Dios

Este tema realmente es asombroso. A medida que vamos estudiando un poco más sobre el tiempo y la eternidad de Dios, van surgiendo también más preguntas que respuestas. Los científicos han llegado a concluir que el Universo tuvo un comienzo, que no es eterno. De manera que la materia, la energía, el espacio, e incluso el tiempo, tuvieron un comienzo. Así que alguna vez el Universo no existía, pero en algún momento llegó a existir, y para esto tuvo que haber habido una causa, o más bien dicho, un Creador (Gén 1:1). Esta sola idea nos lleva a dos conclusiones fascinantes: 

Primero, para crear el espacio y el tiempo, el Creador de este Universo - nuestro Dios - debe estar fuera de ellos, es decir, debe ser inmaterial y atemporal. Esto implicaría que Dios no está sujeto a las limitaciones del espacio y el tiempo. La Biblia nos dice que Dios existía antes del principio del tiempo (Tito 1:2), y por lo tanto, no se ve afectado por el paso del tiempo. Por esta razón, Dios no cambia (Malaquías 3:6), no tiene mudanza, ni variación (Santiago 1:17). Al contrario, Dios habita en la eternidad (Isaías 57:15), en un lugar donde el tiempo no transcurre, donde Dios es el mismo ayer, y hoy y por los siglos (Hebreos 13:8). Entonces, para Dios no existe un pasado, un presente y un futuro, sino más bien un "eterno hoy", donde "Dios es"

"Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros." (Exodo 3:14) 

El “YO SOY” revela que Dios vive en este eterno hoy. Esto tiene otras implicancias. Si toda "existencia" está asociada al tiempo y al espacio, y Dios está fuera del tiempo y del espacio, entonces Dios "no existe" en ningún momento y en ningún lugar, simplemente "Dios es". Dios no está asociado a una existencia porque no fue creado. Dios no tiene una razón para ser, simplemente "Dios es".
 
 

Segundo, como Dios creó el Universo, entonces Dios debe ser más grande que el Universo, el espacio y el tiempo, y por lo tanto, está en todo lugar y en todo momento. Efectivamente, Dios llena todo el cielo y la tierra (Jeremías 23:24) y todas las partes del Universo. Dios está por sobre todo el espacio, por lo que puede estar en todos los rincones del Universo a la vez. El Dios que está ahora en Asia, es el mismo que está ahora en América. El mismo Dios que está ahora en la Tierra es el mismo que está ahora en Saturno. El mismo Dios puede estar en la galaxia más alejada de este Universo y al mismo tiempo puede estar en la molécula y átomo más pequeños en nuestro mundo. Y para incredulidad de muchos, Dios está aún en el Cielo con los salvados y al mismo tiempo en el Infierno escuchando los lamentos y gritos de sufrimiento de los perdidos: 

"¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás." (Salmos 139:7-8) 

Pero lo que más puede sorprendernos es la idea de que Dios puede estar en todo momento. El tiempo es complejo de explicar aún para los científicos. Es una realidad que el tiempo no transcurre uniformemente en todo el Universo. Está demostrado que el tiempo en el espacio exterior transcurre más lento que en la Tierra. No es real afirmar que si en la Tierra son las 12:00 en Marte también lo es. De hecho, Albert Einstein postulaba que existen muchos "ahora" en el Universo. El "pasado" en algún punto del Universo puede ser el "futuro" en otro punto de él. Si Dios está fuera y por sobre el Universo, Dios puede conjugar todos estos "ahora" en un "eterno hoy", viviendo en múltiples dimensiones de tiempo.
 

Ello quiere decir que Dios no tiene pasado, presente ni futuro, pues los está viviendo todos simultáneamente. Por eso Dios es el que es, el que era, y el que ha de venir (Apocalipsis 1:8), ¡Alucinante! Se han preguntado alguna vez, ¿cómo es que Dios conoce nuestro futuro si aún no ha ocurrido? Pues bien, Dios conoce tan bien nuestro pasado como nuestro futuro porque Él está viviendo ambos momentos a la vez. Está viendo nuestro futuro al mismo tiempo en que está viendo nuestro presente. Esto implicaría la inconcebible idea en nuestra mente de que Dios está viviendo "ahora" el Génesis y a la vez está viviendo "ahora" el Apocalipsis. Dios está en todos los momentos de la Historia humana simultáneamente. ¡Increíble! La Omnipresencia de Dios se refiere tanto al espacio como al tiempo. Dios está en todos los lugares y en todos los momentos a la vez. 

"Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho;" (Isaías 46:9-10) 

Pero hay algo más sorprendente todavía, y es que Dios no sólo se mueve en distintas dimensiones de tiempo, sino también en distintas dimensiones de tiempo posible. Dios ve todos los posibles pasados, presentes y futuros. ¿Alguna vez se han preguntado qué sería de nuestra vida en el presente si hubiéramos hecho algo distinto a lo que hicimos en el pasado? Pues Dios puede ver el futuro posible de cada acción o decisión que hacemos o podríamos haber hecho. Dios conoce todas las posibilidades, lo que fue o pudo haber sido, lo que es o sería, y lo que será o podría ser en cualquier lugar del Universo: 

"Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy." (Mateo 11:23) 

En este sentido y para ilustrarlo, consideremos que en nuestra concepción competimos con un millón de espermatozoides para fecundar en el óvulo materno, y si Dios nos conoce desde antes de entrar en el vientre de nuestra madre (Jeremías 1:5), entonces Dios conoce el millón de posibles otras personas que podrían haber nacido en lugar de nosotros, con nuestros mismos nombres, claro está con distintos rasgos físicos y personalidades. ¡Pensemos también que conoce este millón de posibilidades para cada ser humano que ha nacido desde el principio del mundo! ¡Alucinante! Por ello, más que cuestionarnos y querer cambiar cosas del pasado, debemos creer que Dios ha elegido el mejor presente posible para nuestras vidas, pues Dios conoce el resultado de cada una de las acciones o decisiones que podríamos haber hecho o tomado en el pasado.

 

Para concluir, muchos científicos creen que vivimos dentro de una especie de Matrix, un Universo hecho por leyes creadas por una Inteligencia Superior. La Biblia nos enseña que Dios nos ha prefijado el orden del tiempo (Hechos 17:24-26) como una de esas leyes. Así Dios puede interactuar con nosotros y obrar dentro del Universo, de manera temporal y en un lugar determinado. Esto es la inmanencia de Dios. 

Pero a la vez, Dios está por sobre su Creación, por sobre el tiempo y el espacio. Dios está más allá de nuestro Universo y más allá del tiempo, mirando la eternidad pasada y la eternidad futura. Puede ver toda la Historia como un todo a la vez, siendo Él mismo el principio y fin (Apocalipsis 1:8), viajando en cualquier dirección del tiempo. Para Dios "un día es como mil años, y mil años como un día" (2 Pedro 3:8). Puede estar en todo tiempo y en todo lugar. Esto es la trascendencia de Dios. La grandeza de Dios es realmente inexplicable.