En el Antiguo Testamento, ¿cuál era el tiempo en que los reyes salían a la guerra?


En el Antiguo Testamento, los reyes de Israel enfrentaron muchas batallas con naciones enemigas. Pero estas batallas no comenzaban en cualquier época del año. La Biblia nos dice que había un tiempo en que los reyes salían a la guerra:

“Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.” (2 Samuel 11:1)

Pero, ¿cuándo era este tiempo de guerra? Pues, las guerras de la antigüedad en Oriente Medio no se disputaban en los meses de invierno, porque las lluvias y el clima frío dificultaban los viajes y las campañas militares. También los veranos eran muy calurosos, y el otoño estaba marcado por tormentas del Mediterráneo imposibles de predecir (Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia, Earl D. Radmacher)

Por tanto, los reyes encontraban que la primavera era la mejor época para ir a la guerra, pues el clima era más cálido, y los hombres podían acampar sin dificultad. Las lluvias invernales habían calmado, y los caminos sin pantanos eran más favorables para el paso de los carros con caballos y el rápido avance de las tropas. También era la época de la cosecha de trigo y cebada. Los ejércitos invasores podían vivir comiendo de la cosecha mientras avanzaban por el territorio a conquistar.

Había entonces un periodo disponible de varios meses para la guerra durante la primavera. Muchos de los anales reales asirios y babilonios incluyen una nota que señala que una campaña militar empezaba en el primer mes del año (entre marzo y abril) (Comentario del Contexto Cultural de la Biblia AT (J.H. Walton - V.H. Matthews - M.W. Chavalas)

La primavera, en tanto, marca el comienzo del año en Israel. Por ello, el primer mes del año, “Nisan”, también es llamado “Chodesh Ha-Aviv”, que significa el “mes de la primavera”, ya que es el primero de los meses de primavera, y porque en este mes se produjo el éxodo de Egipto (Éxodo 13:3-4; 23:15; 34:18; Deuteronomio 16:1). Por tanto, los reyes de Israel salían a la guerra en el mes de Nisán (entre Marzo y Abril).

Esto es proféticamente importante, pues señala al Mesías y el cumplimiento de las Escrituras (ellerslie.com). Fue durante el mes de Nisan, al que los judíos llamaban “la primavera”, cuando Jesús entró humildemente en Jerusalén montado en un pollino como un hombre de guerra. Tal como lo hacían los reyes de la antigüedad, ¡el Rey había salido a la guerra!


“Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.” (Zacarías 9:9)

Pero esta guerra fue indudablemente diferente al de cualquier general exitoso. Durante aquella semana lo azotaron, lo crucificaron y lo sepultaron en una tumba. Pero este hombre de guerra, sin ejércitos ni armas, logró la victoria más gloriosa de todos los tiempos. El Rey de reyes cargó en la cruz todas nuestras enfermedades, y en la tumba sepultó todos nuestros pecados. Y al tercer día resucitó de entre los muertos, destruyendo todos los poderes del reino de las tinieblas. ¡¡¡Y por su victoria tenemos redención!!!

“el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.” (Colosenses 1:13-14)