¿Qué significa que un camello pase por el ojo de una aguja?


Cuando Jesús hablaba con un joven rico (Lucas 18:18-30), quedó muy decepcionado de él, pues amaba por sobre todas las cosas sus riquezas. Entonces Jesús dijo: "Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Lucas 18:25). Pero, ¿qué significa que un “camello pase por el ojo de una aguja”

Algunos sugieren que el "ojo de una aguja" era una puerta pequeña en la entrada de la ciudad de Jerusalén. Cuando la puerta grande donde entraban los mercaderes y los animales se cerraba por la noche, esta puerta pequeña se abría para los caminantes. Por lo tanto, por la puerta pequeña ("ojo de aguja") no podían pasar animales grandes, como camellos, a menos que se encorvara y le quitaran el equipaje. Sin embargo, esta historia no tiene evidencias arqueológicas ni históricas, y probablemente tiene su origen en el siglo XV (biblicalhebrew.com). 


Por otra parte, algunos sugieren que esta expresión encuentra sentido en arameo, el idioma cotidiano de los judíos en la época de Jesús. Así pues, la palabra aramea “gamla”, traducida como “camello”, también significaba “soga”, posiblemente porque esta cuerda se hacía con pelo de camello. Esta cuerda se habría usado para amarrar los barcos a los muelles. Además, la palabra griega "kamelos" (“camello”) es muy similar a la palabra griega "kamilos" (“soga”). Los traductores habrían obviado su uso en tiempos bíblicos y la habrían traducido como "camello" (“El Nuevo Testamento según el texto oriental”, George Lamsa). De cierta manera, una cuerda como esta jamás podría pasar por el ojo de una aguja. 

Sin embargo, las palabras de Jesús deben entenderse literalmente. El dicho “pasar un camello por el ojo de una aguja” era una hipérbole hebrea, una exageración. De hecho, los judíos usaban una expresión similar: “... ¿Quién puede hacer pasar un elefante por el ojo de una aguja?” (Talmud de Babilonia, Baba Mezi’a, 38b). Por una parte, el camello era el animal más grande que se veía en Israel, mientras que en las regiones donde se escribió el Talmud de Babilonia el elefante era el animal más grande. En tanto, los judíos usaban la expresión “ojo de una aguja” para referirse a una “abertura muy pequeña”: “El Santo dijo, ábreme una puerta tan grande como el ojo de una aguja y yo te abriré una puerta por la cual pueden entrar tiendas y camellos” (Midrash Rabbah, El cantar de los cantares, 5.3). De esta manera, la imagen literal del animal más grande intentando pasar por la abertura más pequeña, era una forma exagerada de explicar lo improbable o imposible que sería para una persona que confía en las riquezas entrar en el Reino de Dios (Marcos 10:24).